Iris Boeninger
Hace 15 horas
La competencia política es vital en una democracia, y que los adversarios sean firmes y duros en sus críticas es lo que les permite crear confianza en que tienen una alternativa real al gobierno de turno. El problema es que la derecha radical -la de Kast, Milei, Meloni o Le Pen– no comulga con ese principio básico de la democracia.
Semanas después, la presidenta se operó la cara en absoluto secreto. Les dijo a sus ministros que se iría de retiro espiritual a las montañas, a sus hijos que se haría una liposucción y a los periodistas que se llamaría a una estoica cura de silencio.